Nada como empezar el día con una buena arcada. Le había cogido el disgusto a sentir que tenía algo que expulsar de sí mismo o de sus días, y digo sentir, explícitamente, porque pensarlo no lo pensaba sino más bien lo dudaba. Aguantaba el fiero debate entre encontrarse bien o mal, según el rato como si del azar fuera la cuestión...
Cuando usted visita cualquier sitio web, puede almacenar o recuperar información en su navegador, principalmente en forma de cookies. Controle sus servicios de cookies personales aquí.