Las causas, los motivos de -ser- podrían guardar cierto parecido con las luces: a veces iluminan tanto que ciegan lo demás, a veces son tenues sin poder alumbrar más allá de este instante. A veces calientan, otras queman, y en ocasiones no llegan a dar el candor necesario. Visto así, la vida podríamos imaginarla como un juego de luces...
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