Nosotros creemos en la intuición. Si te lo estás cuestionando, no necesitas más motivos para dar el paso. Más allá de los criterios que recogen los libros sobre cuándo se debe acudir a terapia, está el importante saber que cada persona tiene de sí misma y de su historia, y con ello de lo que le conviene o hace falta.
Aun así, los motivos más frecuentes giran en torno a las señales de que algo no va bien, como puede ser la ansiedad, el miedo intenso, problemas de sueño, pensamientos molestos, emociones incontrolables o sensación de extrañeza ante la vida, es decir, falta de sentido o largos periodos de tristeza, abatimiento y de sentirse bloqueado. El hecho de que algo no esté marchando con normalidad también se puede manifestar a través de comportamientos contradictorios indeseados, preocuparse excesivamente, realizar conductas que nos dañan y no se pueden evitar, sentimientos de vacío, percibir que hay escenas que se repiten en nuestras vidas y que nos hacen sentir cansados, sentimientos de soledad a pesar de no estar solos, dolor por las pérdidas y rupturas, o sencillamente no saber lo que nos pasa… pero estar seguros de que algo sucede. En definitiva, todo aquello que es humano, pero que de algún modo parece que se ha escapado de nuestro control y comprensión, limitando nuestra vida diaria y las relaciones y vínculos afectivos más importantes.
Tal vez solo quieras ahondar en quién eres y cómo has llegado hasta aquí. La terapia individual es el lugar idóneo en el que explorar, profundizar y colocar quiénes somos.